Cartografía del Inconsciente es un proyecto fotográfico que se despliega en múltiples series interconectadas, revelando un proceso de exploración personal y sensorial que, de manera inconsciente, me ha llevado a construir una narrativa en la que el cuerpo y la memoria se convierten en territorio de experimentación. En esta búsqueda, cada serie emerge como una capa de significado que indaga en la fragilidad, la identidad y la construcción del yo a través de lo tangible e intangible.

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Blanco sobre blanco nace de la necesidad de representar lo inmaterial, ese mundo interior que todos habitamos pero que rara vez logramos traducir en imágenes. En esta serie, el blanco se impone como un recurso visual y simbólico: una estética que evoca la sensación de vacío y desvanecimiento psicológico. Las composiciones tensas, los cuerpos fragmentados y entremezclados en un espacio etéreo, construyen una poética visual que interpela al espectador, sumergiéndolo en una soledad que no es oscura, sino un estado de autoconocimiento. A través de la figuración de mi propio cuerpo, busco ofrecer una visión esperanzadora de la vulnerabilidad, brindando un reflejo de una problemática contemporánea sin caer en la desesperanza.

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La influencia de Francesca Woodman se hace presente en otra de las series que conforman el proyecto. Inspirándome en su manera de abordar la identidad y la fragilidad a través del cuerpo, incorporo elementos como vidrios rotos, tierra y telas bordadas, generando una atmósfera donde la piel se convierte en un lienzo de narraciones fragmentadas. Aquí, la imagen se vuelve una metáfora de la descomposición del alma: un ciclo infinito donde la vulnerabilidad y la resistencia conviven en equilibrio inestable, como si observáramos la escena de un crimen perpetuo en el que el tiempo se disuelve.

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Dröm es la antesala del final del recorrido visual introduciendo un nuevo plano de exploración: el mundo de los sueños. Inspirado en Ana Mendieta y su obra Untitled (Glass on Body Prints), donde la artista utilizaba el vidrio como un filtro entre el cuerpo y la realidad, en esta serie me apropio de la técnica del escáner para convertirlo en una ventana al subconsciente. Las imágenes se convierten en espacios de acceso a pensamientos volátiles, abstractos, casi rituales. A través de esta técnica, capturo lo inaprensible, lo efímero, esas ideas que nos habitan pero que rara vez se materializan en la vigilia.

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Pulso contenido es, finalmente, el culmen a una serie de auto investigación personal que invita al espectador a reflexionar sobre sus propias historias familiares y la universalidad de la experiencia humana. Esta serie es un homenaje a la conexión intergeneracional y a la esencia del ser, que viene dada por ese latido infinito que nos atraviesa en el tiempo.

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En su conjunto, Cartografía del Inconsciente es un mapa visual de un proceso personal, una exploración intuitiva en la que las imágenes no solo documentan, sino que revelan el entramado invisible de la psique humana. Cada serie funciona como una pieza dentro de un todo, un recorrido que atraviesa la memoria, la vulnerabilidad y el imaginario interior, invitando al espectador a sumergirse en su propio reflejo.